Ciertamente, una de las mejores cosas que le ha podido
ocurrir a la parroquia en estos cuarenta años de vida del Grupo Scout es
acariciar tantos valores y extenderlos a muchos niños, adolescentes y jóvenes
de nuestra barriada.
A lo largo de la redacción de este libro, Ángel hace
gala de una memoria extraordinaria y de un gran rigor histórico para recordar
fechas, acontecimientos, anécdotas simpáticas, nombres concretos de personas e
innumerables vivencias, sin olvidar la entrañable selección de imágenes. Es lo
propio de un doctor en historia, pero, en el caso que nos ocupa, es aún más
importante haber expresado a través de estas páginas su vocación de
historiador. Vocación que comparte en la actualidad como profesor en el Colegio
Los Pinos y, desde el voluntariado, asumiendo la dirección del Instituto de
Estudios Campogibraltareños de la Mancomunidad de Municipios del Campo de
Gibraltar.
Debo decir que he disfrutado mucho leyendo estas
páginas. Cuanto más leía, con mayor intensidad me venían a la memoria recuerdos
y vivencias personales. Sin lugar a dudas, este libro nos cautivará a todos los
que somos scouts porque recordará etapas y momentos muy felices de nuestra
vida, y quienes no han vivido esta experiencia la conocerán suficientemente a
lo largo de su lectura. Le auguro una buena y grata acogida [...]
Abrimos dichas celebraciones [del 40 aniversario del Grupo] en el mes de abril con
una interesante mesa redonda, cuya metodología consistió en dividir estos
cuarenta años en cuatro décadas, esquema que le ha servido al autor para
estructurar el libro. Cada capítulo corresponde a una década de la vida del Grupo,
enmarcada en el contexto social, político y religioso del momento, aterrizando
en la realidad concreta de Algeciras y de nuestra barriada y destacando las
respuestas que desde la parroquia se trataba de ir dando a dicha realidad.
Por supuesto, no se trata de hacer una historia
triunfalista, y es otro de sus aciertos, sino de reflejar fielmente lo que ha
sido el Grupo, con sus luces y sus sombras. Concretamente en la segunda década,
el autor nos recuerda “cuando el grupo estuvo a punto de desaparecer” y, una
vez más, como en tantas ocasiones había que recordar la Ley que nos inspira: “El
scout supera las dificultades con alegría”.
Y es precisamente en esta década cuando nuestro grupo,
con más fuerza que nunca, fue una alternativa positiva proponiendo auténticos
valores frente al tráfico y consumo de drogas que comenzaba a abrirse camino
con fuerza en nuestra barriada, trabajando estrechamente con la Asociación de
vecinos Puerto Blanco y con la Coordinadora de lucha contra las
drogodependencias “Barrio Vivo”.
¡Qué alegría y satisfacción escuchar de muchos de
vosotros: “Gracias al grupo scout, yo no caí en la droga”! [...]
En esta línea de servicio a los demás, el autor nos
recordará cómo nuestro Grupo se decide llevar el Escultismo a la barriada
vecina del Tiro, dentro del ámbito parroquial, y a ayudar a la creación de
otros grupos en diversas barriadas. Fue también el momento de la participación
de nuestros responsables como monitores en las colonias de verano, organizadas durante
años por Cáritas local para los niños más desfavorecidos de la ciudad.
No deja el autor de recordarnos las tres opciones del Escultismo
moderno: la opción pedagógica, la opción país y la opción fe.
Y, por último, si el objetivo que toda persona humana
tiene en la vida es el ser feliz, el Escultismo nos ofrece una forma concreta
de serlo: “haciendo felices a los demás” a través de la buena acción diaria. De
ahí que el autor nos recuerde al final del libro el testamento espiritual de
Baden-Powell, fundador del Escultismo, en la “Guía para una vida” como la
denomina. Testamento que está impregnado de los valores evangélicos. Hacer Escultismo
desde estos valores es, sin lugar a dudas, seguir construyendo el Reinado de
Dios entre los hombres, es decir, seguir humanizando esta vida desde el mensaje
apasionante de JESÚS.
¡SIEMPRE LISTOS PARA SERVIR¡
(Extracto del prólogo por Pedro Gómez Mancilla, consiliario del Grupo)
¡SIEMPRE LISTOS PARA SERVIR¡
(Extracto del prólogo por Pedro Gómez Mancilla, consiliario del Grupo)